Este domingo celebramos en Colungo la jornada cultural de la matacía, organizada por la Asociación Cultural O portal d’a Cunarda y cumple su IX edición.
Con esta actividad lo que se pretende es por un día recuperar la antigua labor de las matacías que se hacían en las casas del pueblo y hoy en día ya se ha perdido esa tradición.A primera hora de la mañana se fueron colocando las mesas por las calles para hacer el mondongo, en una placeta junto al caldero hirviendo se hacían las tortetas y en la plaza se hacían las longanizas, chorizos y butifarras. Las vecinas del pueblo son las encargadas de realizar esta labor, participan de todas las edades desde las abuelas que recuerdan sus tiempos de juventud a las niñas que descubren lo que es la matacía, por lo que sirve para reunir a varias generaciones de una misma familia y así disfrutar de la unión.
La plaza que se convierte en el centro neurálgico de la jornada, un poco alejado del puesto de las longanizas se cocinan las almendras garrapiñadas, el encargado de hacerlo era Eduardo Daza un joven del pueblo que recordaba sus tiempos de la infancia. Cerca del puesto de las almendras garrapiñadas se elaboraba el jabón casero que se hace con el aceite usado mezclado con la sosa y que hasta hace unos años se usaba tanto. El cantador de jotas Antonio García fue quien lo elaboro primero removiéndolo en el fuego y luego depositándolo en unas cajas para que se seque, para después cortarlo. En una esquina de la plaza con el fuego de leña se freía la costilla para luego depositarla en un tarro con aceite y así se conserva, María Rosa Camañes residente en Binéfar pero con casa en el pueblo es quien lo viene haciendo desde hace varios años.
En lo que se refiere a las labores que realizan los vecinos del pueblo las novedades fueron un puesto para las niñas pequeñas en el que vendían bolsitas del almendras garrapiñadas, por lo que queda asegurada la participación de las nuevas generaciones y también este año se monto un photocall ambientado en un rincón de una casa de la época con los aperos de labranza, las tinajas, la mesa con el porrón y otros artículos, que tuvo bastante éxito, se trata de cada año ir haciendo alguna cosa nueva.A media mañana se sirvió el almuerzo con las tradicionales sopas de pan preparadas por Joaquina Pardina que tuvieron muy buena aceptación, junto con los bocadillos y bebidas para los participantes.
En la subida de la plaza se colocaron los artesanos este año participaron un total de veinte, que desde primera hora y con un buen frio iban montando sus paradas. Eran provenientes de distintos puntos de la provincia incluso de ciudades limítrofes como Lerida. Desde Barbastro ya es tradición la presencia de Manuel Agraz que muestra una gran variedad de utensilios de madera y que disfruta en su puesto junto al caldero de las tortetas recordando su juventud. También desde la ciudad del vero vinieron dos jóvenes de la asociación Ababol que llevaban varias cremas naturales, miel artesana y pulseras hechas a mano. La alfarería de Naval, pueblo vecino también estuvo presente y desde la cestería risco además de la muestra nos enseño como se hacen las cestas. Además hubo puestos de cosmética, orfebrería y otros artículos.

De esta forma tiene un aliciente más la jornada y se hace más completa, al concluir la jornada los artesanos se mostraban satisfechos por cómo había transcurrido la jornada y el tiempo que también acompaño con un buen sol al contrario que el año pasado que la lluvia deslució el acto.
Este año si se ha notado un incremento de público con respecto a ediciones anteriores, al mediodía la plaza y la calle principal rebosaban de gente de todas las edades, familias enteras que se acercaban para presenciar estas tareas tradicionales.
Alrededor de las dos de la tarde finalizaban todas las tareas y se daba por concluida la jornada con una comida en el salón social para los participantes.
El próximo domingo día seis será cuando se haga la comida en la cual se degustara los productos del cerdo y que sirve para poner el broche final a las actividades que realizamos a lo largo del año, además se rinde homenaje a algún vecino del pueblo y como es la antesala de la navidad se rifa una cesta.Desde la Asociación se hace un balance muy positivo de la jornada, la asistencia de público ha sido muy superior a anteriores ediciones se calcula que pudieron pasar unas trescientas personas a lo largo de la mañana, la participación también es muy buena lo que hace que se pueda llevar adelante la actividad y la armonía y el buen ambiente que se vive.Lo más importante es que gracias a actividades como estas el nombre de Colungo suena por todos los lados y así se ve que aunque seamos un pueblo pequeño estamos muy vivos y es compromiso de todos el seguir adelante para que nuestro pueblo no muera. Ahora ya cae la noche y vuelve el silencio a las calles pero queda el rescoldo de un día en el que los vecinos de Colungo mostramos al mundo con orgullo nuestras tradiciones.